El nacimiento de la teoría atómica moderna se lo debemos a John Dalton en el siglo XIX. El sostenía que cada elemento químico estaba compuesto por átomos iguales y exclusivos, y que aunque eran indivisibles e indestructibles, se podían asociar para formar estructuras más complejas (los compuestos químicos). Su rudimentaria teoría se apoyo en las aportaciones de Antoine Lavoisier ( ley de conservación de la masa) y Joseph Proust (ley de proporciones definidas).
¿Hay algo más pequeño que un átomo?
Aunque inicialmente se pensó que los átomos eran la partícula más pequeña de la materia luego se comprobó que no era así. En 1897 se encontró una partícula muchísimo más pequeña llamada electrón. Quien la descubrió fue un británico, J.J Thompson en la Universidad de Cambridge, con un experimento en el que usaba un tubo de rayos catódicos. El electrón tenía una carga negativa que fue medida por el norteamericano Robert Millikan en su experimento de la gota de aceite.
El modelo de un átomo fue cambiando cuando en 1909 Ernest Rutherford, descubrió que la mayor parte de la masa y de la carga positiva de un átomo estaba concentrada en una fracción muy pequeña de su volumen, que suponía que estaba en el mismo centro. Rutherford propuso un modelo planetario del átomo, en el que los electrones orbitaban en el espacio alrededor de un gran núcleo compacto, a semejanza de los planetas y el Sol. Luego, en 1918, Rutherford logró partir el núcleo del átomo al bombardear gas nitrógeno con partículas alfa, descubriendo así la partícula llamada protón. En 1932, James Chadwick encontró unas partículas eléctricamente neutras con una masa similar la de un protón. Fueron llamadas neutrones.
Veamos si está claro. Tenemos que toda la materia está hecha de átomos que son la pieza más pequeña que retiene las propiedades de un elemento. Pero no es lo más pequeño, pues están compuestos de electrones, protones y neutrones, que a su vez están compuestos de otras partículas que se descubrieron después.
¿Cómo son los átomos?
Ahora viene lo interesante. Mencionamos el modelo planetario del átomo que ideó Rutherford. Bueno, este modelo no es del todo correcto. A comienzos del siglo XX, la teoría cuántica revolucionó la física. El científico alemán Max Planck sugirió que la energía, en vez de ser emitida de forma continua, se emitía en pequeños paquetes, llamadas cuantos. Esto significa que la luz (que es energía radiante) se emite en cuantos, frecuentemente llamados fotones. Posteriormente, Albert Einstein propuso que la radiación electromagnética tenía propiedades tanto de onda como de partícula, un concepto revolucionario. Le dieron un premio Nobel por su explicación del efecto fotoeléctrico.

Así que resumiendo, el modelo de Bohr tiene 3 partículas fundamentales: en el núcleo los protones de carga positiva y los neutrones que no tienen carga, y localizados fuera del núcleo están los electrones, pequeñísmos, de carga negativa y organizados en órbitas. Cada órbita corresponde a un nivel de energía. El salto del electrón de un nivel a otro es algo sumamente extraño. No es un salto como el que dariamos tú y yo. El electrón pasa de un nivel a otro de modo prácticamente instantáneo. De acuerdo a Bohr, el electrón nunca puede ocupar ninguna posición entre órbitas. Cuando brinca se transfiere directamente a otra órbita. Piensa en lo que quiere decir eso. Si los escalones de una escalera son las órbitas (niveles de energía) estaríamos diciendo que tu pie desaparece de un escalón y aparece en el próximo escalón sin pasar por el medio.
muuuuy interesant..!!! :-)
ResponderEliminarmuy bueno el blog te ofelicito
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